jueves, 30 de junio de 2016

Reflexión XXV - Suicidio

Saltar parecía tan fácil.
Lanzarte al vacío,
dejarte caer,
destrozar tu cuerpo.
Esparcir tus pecados,
tus miedos,
tus arrepentimientos,
tus tristezas,
mancharlo todo.
Despojarse del pasado.
Avanzar hacia un futuro.
Incierto
pero apacible.
Saltar parecía tan fácil.
Tres segundos
para la libertad.
Dejando
una mancha de egoísmo,
un charco de llanto,
misería,
mucha misería.
Aun así
merecía la pena.
Asomarte,
cerrar los ojos
y reventarte.
Saltar parecía tan fácil
pero tenía miedo a las alturas.


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